La lucha contra la brecha de género que cargamos las mujeres sobre el hombro ha hecho que tengamos que esforzarnos el doble o triple para que nos miren para que nos escojan, para que se den cuenta que tenemos exactamente la misma capacidad que nuestro par hombre, aún así, puede que pasen 40 años y no nos vean; en la ciencia, no es diferente, las mujeres suelen recibir menor monto económico comparadas con sus colegas masculinos para becas de investigación, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres, a pesar de ser 33% de todos los investigadores, entre tantas otras cosas.

Las mujeres en ciencia seguimos siendo víctimas de la desigualdad de género en pleno siglo XXI, debemos derrumbar aquellos estereotipos de género que vinculan la ciencia con la masculinidad o es que les parece normal que en el ámbito hospitalario casi todos los hombres sean llamados doctores, siendo en muchos casos los cocineros, técnicos de enfermería o simplemente familiar de paciente, mientras que las mujeres siguen siendo ‘señoritas’; nuestro día a día nos manda mensajes subliminales de las mujeres en cualquier ámbito, generalmente belleza, modelaje, comerciales de cerveza, pero no de jefas, habrá que analizar en los lugares en donde trabajamos, en nuestro día a día, habrá que ver cuántas veces se decidió no colocar en aquel cargo a la doctora X ‘porque es mamá’ no va a poder’, teniendo toda la capacidad para lograrlo.

La Asamblea General de la ONU declaró el 11 de febrero como Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, el objetivo era claro, empoderar, reconocer, revalidar, elogiar y sobre todas las cosas, recordar siempre el papel clave que ha desempeñado, desempeña y desempeñará la mujer en el ámbito científico, se ha logrado mucho, pero falta demasiado aún y es una lucha constante pues, el no levantar las manos para hacernos visibles y hacer visible esta problemática, hace que volvamos al origen y podamos perder todo el terreno ganado con creces.

A medida que avanzan en edad, la brecha entre mujeres y hombres se amplía, a partir de los 6 años, las niñas empiezan a verse a sí mismas como menos brillantes o inteligentes en matemáticas comparadas con los niños. ¿En qué momento las perdemos? En los 15 años que llevo trabajando en una institución pública como es el Hospital San Bartolomé, cada año ingresan aproximadamente 10 residentes para la especialidad de ginecología y obstetricia, se van el mismo número, la especialidad de ginecología y obstetricia dura 3 años y la gran mayoría de veces las mejores residentes han sido y son mujeres, actualmente es lo mismo, primer año de especialidad, segundo año de especialidad, tercer año de especialidad ¿qué pasa luego?, ¿por qué ahora el jefe de departamento, jefe de ginecología, jefe de infertilidad, jefe de materno fetal, jefe de planificación familiar, etc. son hombres todos? La ganadora del premio nobel de economía este año, Claudia Goldin basó su trabajo en la paupérrima representación de las mujeres en el mercado laboral a nivel global, explica este patrón como resultado de los cambios estructurales y las normas sociales que nos rigen en las que se deja a la mujer la responsabilidad de la casa, la familia, las hijas e hijos ¿Hasta cuándo seguirá siendo así?

Vamos, toca levantar conciencias a mujeres y hombres, porque el mundo está hecho de ambos y porque acabamos de pasar una pandemia que causó la muerte de más de 15 millones de personas y la mayoría fueron hombres y la vacuna que ayudó a controlar esté mal no se hubiera descubierto sin las investigaciones realizadas por una mujer, por la premio Nobel de Medicina 2023, Katalin Karikó, quien descubrió las modificaciones en los nucleósidos que permitieron el desarrollo efectivo de la vacuna ARN mensajero contra COVID-19.

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