La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la tasa de cesáreas debería bordar el 20%, considerando que las cesáreas son cirugías que rompen la integridad del cuerpo, hay que atravesar piel, tejido graso, músculo, aponeurosis, llegar finalmente a útero y romper la bolsa amniótica para por fin llegar a tu bebé, ciertamente las profesionales que nos dedicamos a traer niños y niñas al mundo tenemos bastante experiencia en estos avatares, eso no significa que no tengamos complicaciones, no necesariamente relacionadas a la mala praxis, sino a la dificultad que trae consigo cada paciente, por más experiencia que tengamos cada caso es diferente al anterior y si tiene cirugías anteriores, lo hace un desafío.

Es habitual que la cesárea vaya bien, pero si la comparamos con el parto vaginal, sin dudas la tasa de complicaciones se incrementa de manera considerable.

Cuando hacemos la pausa quirúrgica obligatoria antes de cada cirugía, la enfermera solicita: riesgos, doctora; entonces respondemos que hay riesgo de hemorragia, histerectomía (extraer todo el útero), lesión de víscera contigua (intestino, vejiga) o muerte materna ¿no es escalofriante? ¿Saben nuestras pacientes lo que les puede pasar antes de ‘elegir’ una cesárea? Usar el principio de autonomía de la paciente para dejarla decidir la vía del parto, ese es tema aparte, sobre el cual, quizá también les comparta un escrito. Volviendo al punto original, las cesáreas deben tener una indicación real, conocedoras del riesgo a futuro que les vamos a dejar a estas pacientes, debemos detenernos y respirar antes de cambiar todo el futuro obstétrico de esta mujer que está poniendo lo más valioso en tus manos, su vida y la de su bebé.

Dicho esto, la tasa de cesáreas llega a 35%, 40%, 60% y hay centro en donde puede llegar al 80-90% sin temor a equivocarme, como paciente, ¡qué complicado se hace encontrar una profesional en quien pueda confiar! Por este motivo, he decidido darte unos tips para identificar a esa ginecóloga/ginecólogo que va a realizarte una cesárea, por más que te esmeres, que le digas que quieres intentarlo, que sabes que es lo mejor, que has leído este artículo, acabarás en cesárea:

  1. Tienes una edad peligrosa: La edad no es criterio para culminar el embarazo por cesárea, si la pelvis es ginecoide, la edad no es impedimento, podría serlo en casos de violación de niñas que, lastimosamente, no es infrecuente.
  2. Tu bebé tiene circular al cuello: Puede tener una vuelta, dos, tres, no lo sé, pero no vas a encontrar ninguna revisión o artículo científico de evidencia que te diga que el circular al cuello contraindica un parto vaginal, el cordón umbilical tiene de 30 a 60 cm y tu bebé que se mueve sin parar ¿no es lógico que se enrede? Es totalmente normal, durante el parto se verá cómo responde tu bebé, mientras sus latidos vayan bien (entre 110 y 160 latidos/min.) se sigue hacia adelante.
  3. No ha encajado: El encajamiento es el proceso mediante el cual la cabeza fetal ingresa a la pelvis materna, es común que cuando soy primeriza el encajamiento se de durante el último mes, es común también que cuando tengo más de un parto tu bebé puede encajar durante el trabajo de parto, eso significa que no necesariamente pasa en todas las gestantes, o sea ¿podría ser mi primer bebé, yo estar con las contracciones y aún no encajar? ¡Claro que sí! Lo único que se necesita es que la cabeza esté hacia abajo y eso se determina a las 34-35 semanas, antes puede moverse y ponerse en cualquier posición, de las 34 semanas hacia adelante muy probablemente quede como está, es muy poco probable que cambie de posición en las semanas finales.
  4. Este bebé es muy grande: Sencillo, las instituciones y escuelas internacionales de primer mundo indican que la cesárea por peso debe ser cuando se sospecha un peso de 5 kilos, sí, 5000 gramos y en caso de gestantes con diabetes, el límite es 4500 gramos (4.5 kg). Cada caso tiene sus particularidades, no es la idea pegarse a raja tabla un artículo científico, pero sabiendo esos puntos de corte, díganme ustedes mismas ¿a cuántas les dijeron que necesitaba una cesárea porque su bebé venía grande y al final no llegó a 4 kilos? En este caso, tienen la opinión de su médica, que es importante, y la ecografía que te da el peso más preciso.
  5. Eres fecundación in vitro: ‘¡Oh, tu feto es valioso, no lo podemos arriesgar!’ Eso significa que… ¿Los otros fetos no son valiosos? ¿Los in vitro me importan más? Vamos, todos los fetos son valiosos, ninguno importa más que el otro, y lo mejor que puede pasar es el parto vaginal, si no hay condiciones, pues se opera y no hay problema con ello, pero siempre debemos procurar elegir el camino con menos riesgo para nuestras pacientes, la mamá y su bebé, porque comenté líneas arriba el riesgo de la madre que se somete a cesárea y ¿es que el feto no tiene riesgo? Por supuesto que lo tiene, taquipnea transitoria, dentro de los más conocidos, situación que podría prolongar su estancia hospitalaria o perder el contacto con su madre por requerir apoyo con oxígeno.
  6. Ya tienes una cesárea: Existe un temor generalizado al intentar un parto vaginal luego de una cesárea, es cierto, hay riesgo de rotura uterina si comparo la tasa de rotura uterina con alguien que no ha tenido cesárea anterior, pero si comparo el riesgo de complicaciones quirúrgicas, sangrado, perforaciones viscerales, etc. en una cesareada anterior que se va a someter a una segunda cesárea, es muchísimo más probable ello a una rotura uterina, por eso sigue siendo el camino más sencillo el decidir un parto vaginal así tengas una cesárea anterior. Actualmente, se puede intentar el parto vaginal teniendo una y hasta 2 cesáreas anteriores. Si con una cesárea hay riesgo, imagínate con 2… o 3… se me sigue escarapelando el cuerpo cuando llega a mis manos una paciente con 3.ª cesárea, ojalá nunca me pase, pero hemos tenido casos de pacientes que entran a sala de operaciones y desgraciadamente ya no salen…
  7. Tu placenta está vieja: Todo envejece, el embarazo también, si el bebé tiene buen peso, si hay buena cantidad de líquido amniótico, ¿qué tiene que ver? La mejor prueba para determinar si la placenta funciona o no, independientemente de que esté joven o vieja, es el trabajo de parto, ¿cómo? Si los latidos de tu bebé bajan o suben fuera del rango normal (entre 110 y 160 latidos por minuto es lo normal), entonces consideraremos que no podrá con el parto y te realizaremos una cesárea, pero encontrar una placenta grado III (‘vieja’) en la ecografía no indica cesárea, recuerda que todo tiene un ciclo y la placenta conforme se acerca a la fecha del parto va a envejecer.
  8. Ya se está pasando del tiempo: El embarazo dura 42 semanas, no 8 meses, no 9 meses, 42 semanas, deben llevar el control de su embarazo en semanas para que junto con la doctora u obstetra sepan exactamente el tiempo y sea menos probable una confusión, sí, nosotras también podemos confundirnos, pero que tanto la mamá como la pareja y la doctora se confundan… sería demasiado raro. A partir de las 37 semanas un bebé está a término, quiere decir que ya puede nacer, no es que ya debe salir, es que ya podría nacer si tu bebé está lista, habitualmente es ella misma quien manda la orden para iniciar el trabajo de parto. Las fechas probables de parto son las fechas en las que muy probablemente venga el parto y suele ser a las 40 semanas, pero recordar, lo normal es que nazca desde las 37 hasta las 42 semanas, a las 40 0 41 semanas ya vamos buscando una fecha de inducción de parto vaginal, no parto por cesárea, para evitar que llegue al límite que es 42 semanas y con ello incrementar complicaciones.
  9. Está oblicuo: Para que un bebé nazca por vía vaginal se requiere que tenga la cabecita abajo, a veces está en posición oblicua, una posición intermedia entre transverso (atravesado) y cefálico, la postura definitiva se define durante el mismo trabajo de parto, así es que operar por feto en oblicuo no es correcto, dado que un buen grupo de fetos se vuelve cefálico durante el mismo trabajo de parto.
  10. La paciente escoge cesárea: Sobre este punto habría que hacer otra publicación para no explayarme demasiado en esta, pero yo pongo el ejemplo siempre del ingeniero que quiere poner unas columnas en la construcción de mi casa para evitar derrumbes o muertes ante un siniestro, y yo le digo: ‘no pongas esas columnas allí porque se ve feo, no me agrada, es mi decisión’. Existe un principio en la ética médica que se llama autonomía y que dice a la letra: Los valores y preferencias del enfermo tienen prioridad en la toma de decisiones en virtud de su dignidad como sujeto, en base a ese principio muchos colegas se justifican diciendo: la paciente es la que decidió… Si quiero poner un ejemplo médico, paciente con obesidad mórbida y antecedente de 4 cirugías previas, diagnóstico de síndrome adherencial severo (pelvis congelada) que viene por un quiste de ovario para operarla y ella quiere una laparoscopia, lo cual podría ser factible, pero si yo como cirujana considero que debo hacer una cirugía abierta porque puedo dañarla o perforarle un intestino, no puedo hacer lo que ella pide, porque hay un principio que se antepone, el de no maleficencia que dice: Obliga sí, obliga a no dañar a los demás, y sabemos que una cesárea le aumenta muchos riesgos a corto y largo plazo a ambos, pero a la madre principalmente.

Espero que te haya ayudado un poco para que tomes parte de las decisiones que sirven a futuro en tu vida, en tu cuerpo, lo más importante es confiar, sí, confiar en tu médica o médico tratante para que se tomen las mejores decisiones, las cuales nunca están exentas de riesgos, pero un buen médico siempre elegirá lo menos riesgoso para ambos pacientes la madre y el feto. Con ello no digo que no acepten una cesárea, sino que en base a conocimientos confíen en sus médicas tratantes.

Un abrazo y hasta otra oportunidad.

1 Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *