Cuando yo ingresé a la residencia médica, primer año de ginecología y obstetricia, nadie me dijo qué iba a pasar, nadie me dijo lo que vendría y lo que sucedería a futuro, tuve tanta ansiedad, miedo, tratar de no fallar, de no ser quien esperaban que sea realmente, que mis errores cuesten vidas y que un abrazo o una palabra de aliento hubiera bastado…

A inicios de este mes les vi, una vez más, un año más, sus caras de asustadas y asustados, sus temblores imperceptibles para los pacientes y para los colegas mismos, su esmero de hacerlo genial, su miedo, su ansiedad… Y una vez más, también, que no les dijeran lo difícil que iba a ser, entonces, hoy la vi, hoy me vi, hace 12 años atrás, me vi allí dormida.. ¡Vamos! Este esfuerzo será desgastante, los días que siguen al postguardia de 18 horas es desalentador, el miedo que sientes es parte de ese proceso, me daría mucho miedo saber que no te preocupa lo que pasaría si se te resbala un bebito al atender un parto con 36 horas despierta encima, eso es parte del proceso. Si eres mujer, quizá será más frustrante escuchar decir al resto ‘no es para ella’ o ‘si tiene hijos para qué postula si no le iba a dar el tiempo’, estás prohibida alzar la voz porque en automático sale ‘está loca’ o un ofensivo ‘¿tomaste tus pastillas?’ en tono sarcástico, tu opinión no vale… ´No puedes ni debes contradecir al residente del 3er año´, ´no puedes contradecir al residente de 2do año´, ´ni se te ocurra tutearlos´ aunque, muchas veces sean menores que tú, sería una falta de respeto… Tendrás que aguantar bromas machistas y sexistas y deberás reírte, ¡vamos! es Latinoamérica no te hagas la europea aquí, doctorita, ayúdenos a repartir, por favor, ´doctora, ¡qué buen queque!´, deberás aguantar la risa de todos los ginecólogos, porque eso sí es muy gracioso, deberás aguantar que algún ginecólogo te abrace fuerte para saludarte y contacte el casi 100% de su superficie corporal contigo, mientras te besa cerca al cuello y después le pondrán su nombre a todo un piso del hospital por ser un ´maestro´, tendrás que aguantar los besos ´chupón´ de cierto ginecólogo porque si le das la mano te dirá ´¿qué pasa, eres hombrecito?´, si quieres aprender ecografía debes aceptar que se ponga por detrás mientras estás sentada, coja tu mano para guiarte en la ecografía_ eso hacemos todas_ y coloque su mentón en tu hombro mientras te ´explica´. Si eres empática, confidente, amable, atenta con tus pacientes, es lo mínimo, eres mujer, no se te va a valorar esas cualidades, todas y todos esperan que sea así, los doctorcitos sí son un poco toscos, son hombres, pues. Finalmente, si haces consulta externa, verás que el jefe de adolescentes se lleva las historias de las pacientes más jovencitas para examinarlas, las mayores quedan para ti, pero no lo hace con mala intención ¡para nada!, lo hace para ayudarte… además, ya todos saben cómo es el doctorcito… El síndrome del impostor será parte de tu día a día.

Han pasado 12 años, hoy 30 de julio del 2022, ya soy médica especialista en ginecología y obstetricia, subespecialista en medicina materno fetal, aunque en mi hospital todavía no valoren esa especialidad, te contaré que todo estaba bien, tú no estabas mal, que puede que tengas especialidad y subespecialidad y sigan subestimando tu capacidad, eso déjaselo a ellos, eres tú quien debe estar segura de lo que vales ahora para que luego lo reafirmes, no dudes ni un momento de que llegaste allí por tu mérito, por tu esfuerzo, no te estamos haciendo un favor, sin tu labor el hospital tendría muchísimo más trabajo y más posibilidades de tener errores, probablemente. He pasado tantos años de mi carrera y tiempo de mi valiosa vida guardando lo que te va a servir para cuando lo leas, Adelita R1 de ginecología y obstetricia, así se junten los ginecólogos y algunas ginecólogas y firmen un documento para que te corran del hospital, no es a ellos a quienes tienes que demostrarles lo que vales, te lo dirán tus pacientes y tus mismos colegas, te darás cuenta cuando te busquen de varias partes del Perú profundo para una segunda opinión, cuando tus mismos colegas quieran que atiendas a su madre o a su hermana o a su pareja. Ya deja de perder el tiempo tratando de satisfacer lo que tus famosos ´superiores´ te exigen, que te llene la sonrisa de tu paciente, que te regocije el agradecimiento de esa pacientita al irse y regalarte unas lentejitas o aquella paciente que te buscó en Navidad para darte una caja de panetón aplastada porque la trajo en el bus que venía lleno y por eso se aplastó.

En un futuro no muy lejano, seguirás codeándote con aquellos ginecólogos y servirá para hacerte recordar todo el tiempo lo lejos que has llegado y lo insignificante de sus actitudes, servirá para que veas cómo no vas a ser a futuro y servirá para que le cuentes a otra residente de primer año joven como tú y ella a otra y ella a otra y así, entonces habrá valido la pena.
Mi muy querida y estimada doctorita residente de primer año, disfruta el proceso, porque si te gusta lo que haces, volarás mucho más de lo que crees, no lo imaginas…

Dra. Adelita Híjar Sifuentes
Especialista en Medicina Materno Fetal
Agradecimiento: Gracias, Clarissa Arrascue, ojalá y no renuncies.

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