Bryce, nacido en cuna de oro, decía que San Marcos es el Perú… Ingresé a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el año 2001, al tercer intento con 17 años, conocí gente de todo estrato social, los que tenían sus libros originales, los que se iban a comer a casa en su auto, los que compraban en el restaurante, los que sacábamos copia, los que hacíamos cola en pleno sol o con todo el frío en Cangallo para el almuerzo, los que no comíamos, los que llevábamos 3 soles en el bolsillo, un sol para la ida, un sol para la vuelta y un sol para comer algo, quizá. Y eso que los de medicina son los más ‘acomodados’, imaginen la Ciudad Universitaria con las otras facultades… Conocí en 3er año a quien sería mi guía, mi inspiración, mi ejemplo a seguir, casi soy neuróloga por ella… llegué a rotar en el Instituto de Ciencias Neurológicas por ella, sanmarquina, maestra, una eminencia, neurogenética en Francia, cabal… eso, por sobre todas las cosas, cabal…
Quise pasar la página, pero es imposible. La pandemia demostró que como nación estamos en la cola, que no estamos en vías de desarrollo como nos pretenden llamar de forma eufemística, que somos claramente un país subdesarrollado y que nuestras carencias han sido una gran traba para luchar contra esta peste, la ignorancia demostró ser peor que el mismo COVID, hidroxicloroquina primero, dióxido de cloro, ivermectina, tanto se probó en la desesperación… nada funcionó, hasta un médico decía que se había curado con la ivermectina cuando era un secreto a voces que ya se había vacunado, la única esperanza era la vacuna, la tan ansiada vacuna, mientras tanto fallecía tu abuelo, mi abuela, tu padre, mi madre, tu hermana, tu primo, tu amiga, caían como palitroques, mis colegas, las médicas, obstetras, enfermeras, la muerte se las llevaba una a una ¡cuántas ansias por la vacuna!, tocaba esperar.
Ocupamos el 3er lugar en ranking de médic@s fallecidos en América Latina a causa del COVID, inevitable el nudo en la garganta al pasar por el Colegio Médico y ver las fotografías de las y los colegas que perdieron la batalla… Hay 4 médicos en la emergencia del Hospital Almenara para atender a 130 pacientes al momento que redacto esto… En un universo paralelo, las vacunas habían llegado, y afloraba lo peor de nuestra sociedad, la escoria que se oculta bajo una bata blanca, aquel famoso juramento hipocrático que parece que se repite porque suena bonito, ‘orden médica’ se hacen llamar, ¿por qué se escoge medicina? ¿qué aprendemos en el camino? ¿qué aprendemos cuando vamos al Loayza y vemos pacientes en silla de ruedas que se ahogan por falta de oxígeno con los zapatos rotos y con las manos gruesas y duras porque probablemente se dediquen a trabajos manuales? ¿qué aprendemos cuando el paciente sigue en espera de cirugía porque no tiene dinero para comprar el injerto de piel que pide la cirujana? ¿qué aprendemos cuando la gestante te coge la mano mientras puja y te pide ayuda? Aprendemos a que no importa si se perjudican 100000 personas, ¡me vacuno y el resto me importa un carajo! Al menos Keiko lo dijo, no se esconde bajo un falso discurso de amor por el paciente… Mientras mi colega luchaba entre la vida y la muerte en Iquitos a la espera de cama UCI, el doctorcito vacunaba a familia y a sus colegas favoritos, ¿cuántos más de Cayetano se han vacunado ya?, daba vacunas a los chifas porque ‘los chinos se cansan de comer Burger King’, la dueña de Suiza Lab, sus allegados, ¡cuántos más! No necesitamos saber sus nombres, la conciencia, si la tienen, no los debería dejar tranquilos, el saber la calaña que pueden tener para recibir una vacuna que debió ir para el personal de salud que estaba en contacto directo con los pacientes COVID, ya no digo primera línea porque ustedes se consideran primera línea… ¿Pueden mirar a sus seres queridos, a sus hijas, hijos sobrinos y ser ejemplo de moral, de dignidad? ¿Qué les dirán a sus alumnos cuando les enseñen? ¿En verdad el paciente primero? ¿O mi amigo primero? Vergüenza que usted y sus secuaces manchen la imagen de la tan digna profesión médica, porque los que estuvimos en la cancha desde el minuto cero hasta ahora, no fuimos considerados para sus vacunas, sí, suyas, porque usted, señor, dispuso de ellas a su conveniencia, ¡qué estudio! ¡Tenga 2 dedos de frente y no hable más! Tiró por la borda un estudio que debió ser un gran aporte a la ciencia viniendo de Perú ¡Sabiendo que la vacuna tenía más pro que contras siguió poniendo placebo en el estudio!
¿No es eso un crimen? Porque evidentemente si no estaba seguro, no se lo ponía a su hija, estoy indignada con todo esto. Ojalá logren salir de UCI l@s colegas que están luchando por su vida hoy, ojalá no pueda dormir esta noche ni muchas más, ojalá todos los conozcan, a usted y a tod@s esos médicos que dejaron aflorar su egoísmo, narcisismo, amor propio, no sólo médicos, estudiantes de medicina que hicieron uso de su posición privilegiada para beneficiarse sobre los que de verdad merecían la vacuna.
Criticamos a los políticos porque una y otra vez se sacan la careta con sus acciones, finalmente, sabemos cómo son, pero los médicos… los gloriosos médicos… ´los héroes´, permítame soltar una carcajada… Usted es el Montesinos de la medicina, hizo aflorar lo peor de cada ser humano para faltar a los 4 principios que tanto nos enseñaron cuidar: No maleficiencia, beneficiencia, autonomía y justicia.
ADELITA HÍJAR SIFUENTES
MÉDICA MATERNO FETAL
CMP. 52120 – RNE. 25849
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